Co-ponencia Parcialización y encarnación de la objetividad. Tania Montenegro



Avanzando en nuestro seminario, en lecturas y en los ejercicios de ponencia-coponencia vamos ampliando nuestro panorama e identificando cuestiones cada vez más enriquecedoras, en la ponencia de esta semana a cargo de la compañera Tania podemos vislumbrar estos detalles, ella recoge en buena medida la contraposición entre una visión desencarnada y una encarnada, trayendo a colación conceptos que ocupan un espacio crucial en la óptica de Haraway, como lo son el lugar, la responsabilidad y el posicionamiento. Así pues, quiero en este breve ejercicio de escritura realizar unos comentarios, aclaraciones y finalizar con un par de preguntas a propósito de la ponencia.
Puntualmente al leer la ponencia encontré dos puntos que sospecho pueden llevar a nociones un tanto extrañas para Haraway; por un lado en el segundo párrafo del apartado Objetividad Encarnada Se expresa que la autora tiene la intención de “poner fin a estas luchas por el poder sobre como ver el mundo”, haciendo crítica a esas posturas totalizantes que ya hemos visto resultan subyugantes y por lo tanto desdeñables, el problema que veo es que con “poner fin” se abre la puerta a entender una visión estática de la intención de Haraway, es decir, volver al problema de la totalización, puesto que si se erradica las luchas podría leerse la no existencia de diferencias. Aunque confieso la cuestión de una “lucha” no me es lo suficientemente clara. Por otro lado, en este mismo aparatado, al finalizar se hace la afirmación que la objetividad (la encarnada) es más que conocimientos situados, lo que puede sugerir que son cosas esencialmente distintas, traigo a colación una de las citas en que la autora expresa el sentido y la relación entre los anteriores elementos, nos dice que; “Yo quisiera una doctrina de la objetividad encarnada que acomode proyectos de ciencia feminista paradójicos y críticos: la objetividad feminista significa, sencillamente, conocimientos situados.” (Haraway, 1995, p, 324).
   Ahora bien como comentario general, me interesa señalar que quede con expectativas de que la ponencia ahondara en algunos de los aspectos propositivos de la autora, puesto que gran parte del contenido de la ponencia permanece en el ámbito de la denuncia, lo cual no es menor, sino que tiene una validez inmensa en cuanto que describe en detalle las violencias que se generan desde estas totalizaciones masculinistas y blancas, pero por otra parte Haraway expone también las contestaciones a estas visiones irresponsables, por ejemplo, frente a esos cuerpos marcados, conocimientos y naturaleza como objetos, yace la visión de la activación, donde la naturaleza, los cuerpos y el conocimiento no son productos sino agentes y actores fundamentales en la visión encarnada. Y habiendo mencionado a la naturaleza, comento que cuando leía el título del libro referenciado de Karen Warren, creí que la ponencia apuntaba precisamente a señalar positivamente aspectos de ecología que son también del interés de Haraway, no obstante fue empleado en el marco de la denuncia.
  Finalizo con dos inquietudes, en el primer párrafo del apartado final la ponente indica que esta objetividad resignificada saca muchos temas a relucir, me gustaría que nos explicase algunos de estos temas que le hayan interesado o movido su atención. Una segunda inquietud surge de la fuerza con la que en el texto se expone estas visiones desencarnadas como no inocentes aunque pretendan ser transparentes, anudándolo quizá con lo que la autora llama el truco de los dioses y esta ilusión de imágenes desde una vista carente de lugar, entonces me surgía la pregunta frente a esa crítica de la inocencia ¿Sería posible hablar de inocencia en algún sentido?   

Referencias:
     Haraway. D. 1995. “Manifiesto para ciborgs: Ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del siglo XX”. En ciencia, ciborgs y mujeres. La reivindicación de la naturaleza, Madrid: Cátedra.

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