Trabajo alternativo
Estrategia pedagógica Diarios Filosóficos
Comúnmente suscribimos la idea de que; la filosofía puede y debe mirar con
detenimiento y crítica su realidad, su contexto, pero ¿con qué frecuencia la
filosofía pone bajo esa lupa analítica sus propios modos de realizar dicha
actividad? Me parece que, esa pregunta es uno de los caminos por los cuales
podemos empezar a pensar qué sería, dónde estaría y cómo se explicaría lo
filosófico de la filosofía. Transitando en dicha dirección, sin obviar lo
intencional y encarnado de cualquier actividad, podríamos pensar sin sonrojo en
el fondo de dicho ejercicio, encontrando el quién, las experiencias,
expectativas, contexto y disposiciones propias de la particularidad del hacer
filosofía y quizá, vivir filosóficamente. Es en esta clave que intentó
articular las siguientes ideas y párrafos.
En qué consiste mi
experiencia con los Diarios Filosóficos
Empiezo por señalar que, ya había tenido la oportunidad de cursar un
semestre haciendo uso de la estrategia pedagógica, por la cual, estas
reflexiones que planteó, también obedecen a un trabajo de memoria en la
experiencia vivida con los diarios en el seminario de filosofía antigua en el
periodo académico 2019-1, que anudado a lo acontecido en el presente seminario
de filosofía contemporánea, refuerzan o adquieren mayor significancia. Los
diarios son una interesante y profunda herramienta para el aprendizaje y el
pensamiento, articulada a una dimensión de procesos, ciclos y desarrollos
propios de cada personalidad.
Por otra parte, los diarios aguardan un dimensión creadora, que llama o
exige la apropiación de lo ocurrido, al establecer los modos de interiorizar
las reflexiones y exteriorizar las correspondientes acciones. El diario llama a
la apertura, libertad, juicio y conciencia de los modos en que se escribe filosofía.
La libertad de dibujar, simbolizar, delinear la propia experiencia en un
registro material, es un acto que tiene todo de intención y profundidad,
enmarca la modalidad en que uno va apropiando aquellas vivencias y
relatos que con mayor fuerza e insistencia interpelan a cada persona y, que en
un nivel más amplio, entretejen con otras vinculaciones, ruidos, silencios y
voces de aquellos pensamientos que me constituyen.
En el marco de un seminario, la estrategia pedagógica estimula y orienta la
actividad del estudiante, direccionando su atención y actividad en el trabajo
que uno mismo desempeña al vincularse al estudio y desarrollo de problemas,
aproximaciones, soluciones, refutaciones, en suma, un espectro de
enriquecimiento se muestra en la actividad dedicada de escribir diarios, más
aún, en la conjunción con un espacio académico, unos contenidos y prácticas
específicas.
Fortalezas de los Diarios Filosóficos
Son bastantes y bien interesantes las potencias filosóficas y pedagógicas,
que pueden converger en la realización de diarios. Al enfrentarse al medio que
se elige, ya sea papel y lápiz, micrófono, cámara o cualquier otro, justamente
se abre paso a la búsqueda, modificación y juego con la propia voz, niveles de
apropiación e inventiva que propician profundas relaciones entre los contenidos
de un curso y su implicación en la experiencia. Es decir, la estrategia ayuda a
poner de manifiesto algunos puentes, aprendizajes, simbolizaciones que se
crean, interactúan y afectan tanto en el proceso educativo, como también la
vida misma.
La sensibilidad a la que parece nos llama el diario filosófico, es una
práctica del ejercicio arduo e inacabado de identificarse, representarse en
narrativas, melodías, conceptos, otros seres, es la tentativa de querer
comprenderse a sí mismo, el diario acude a la conjunción de los aspectos
relacionales que se presentan al mundo de quien escribe el diario, incluso la
contradicciones logran ocultarse en la plena vista del arraigo, la mirada
alerta de las disposiciones que necesita hacer un diario pueden ayudar en la
dirección de hacer ver, encontrar la conciencia propia, la experiencia y
pensamiento que normalmente no estamos ni cuestionando, ni intentando
aclarar.
La materialidad que toman las dimensiones inteligibles de quien escribe en
el momento de volverse palabra escrita, apelan profundamente a sacar a flote en
un gesto de enorme cuidado y detalle; nuestras memorias, tormentos, apuestas, virtudes,
vacíos, todo ese devenir que habla desde la interiorización de la externalidad.
En este sentido, la estrategia pedagógica de los Diarios Filosóficos cobra
importante relevancia, en términos de, la formación y la apropiación sustentada
en el desarrollo consciente del proceso, que cada quien emprende a través de
los diarios, dicho de otro modo, en el volver la atención sobre las continuas
inscripciones en el diario, se abre el horizonte a una revisión, análisis y
evaluación de aquellas transformaciones, repliegues y posiciones que
acontecieron y se consiguen identificar en una mirada retrospectiva.
Filosóficamente, quien escribe diarios se aproxima constantemente a pensar
y abordar el problema del quién soy, quiénes somos y su implicación pragmática,
a partir de aquellos rasgos que le son propios. Pedagógicamente quien se
apropia de la estrategia, lo hace también con su evaluación, puede constituir
los insumos del diario como un diálogo consigo mismo, en lo tocante al
desarrollo (personal, educativo, intelectual), le permite extender su memoria y
reflexiones más allá de la experiencia del acontecimiento.
Puntos para analizar
Aproximándome a una mirada de las dificultades de la propuesta, me parece
necesario distinguir que dichos inconvenientes son el resultado
mayoritariamente de lógicas formalizantes, tendencias curriculares y aspectos
institucionales. Me refiero a los tiempos, directrices, medios y exigencias de
evidencias de parte del dispositivo educativo, la abruma de trabajos,
contenidos, objetivos a veces extraños, hacen rehuir las condiciones necesarias
de un encuentro introvertido, como el que posibilita el diario, así, se entra
en detrimento de la tranquilidad o detenimiento, de la que se entiende, debe
caracterizar un trabajo juicioso ligado a los diarios.
Por otro lado, un aspecto que dificulta el despliegue o intensificación de
las fortalezas que destaco de los diarios filosóficos, es la correspondencia de
los contenidos conceptuales y temarios del curso con la apuesta particular de
los diarios. En comparación, en este oportunidad, a pesar de la virtualidad,
pude asistir a la creación escritural coordinada desde la fuerza de mi
emocionalidad, cuestión que se diferencia y distancia en buena medida, de los
rasgos emocionales presentes en los diarios trabajados en el seminario de
antigua. Considero que dichos frutos del proceso actual responden acorde al
grado de interlocución que se alcanza con las temáticas vistas leídas y más que
nada sentidas de los textos y en general de este seminario.
Deseo cerrar, apuntando la idea que en los diarios se encuentra
también la posibilidad de producir filosofía de un modo completamente
disruptivo, opuesto a las lógicas de la especialización de los conocimientos y el
empobrecimiento de la relación del académico con su objeto de interés.
Alexis, muchas gracias por tus aportes al análisis de la estrategia. Tu experiencia es muy valiosa y nos ayudas a profundizar en qué consiste, cuáles son sus límites y cuáles sus fortalezas. Me alegra encontrar que la experiencia del curso pasado te permitió hacer un análisis más detenido esta vez.
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